martes, 11 de agosto de 2009

El sueño de Alexis

Y corría con esa con esa gracia que sólo los niños poseen a esa edad. Corría por el campo, pisando el césped tan delicadamente, que parecía como si estuviera volando. Jugaba y miraba a su alrededor, sorprendiéndose inmensamente por la belleza del lugar, mientras sus padres estaban sentados bajo la sombra de un gran manzano, compartiendo un día de picnic familiar y contemplando cómo su hijo se divertía con las cosas más simples del mundo. Derrepente se oye un llanto, Andresito (que estaba por cumplir los tres de vida) se había tropezado. Su madre, una joven mujer de cabello largo y ondulado se levantó del lugar donde estaba e inmediatamente fue a ver cómo estaba su pequeño hijo.


- Amor!, ¿Qué pasó, hijo?¿Estás bien? ¿Te dañaste?, a ver, llame al papá- Dijo Andrea, su madre
- ¡¡Papá!! ¡¡Papá!!- Gritaba el pequeño

Mientras el travieso pequeño llamaba a su padre, Alexis, el que aparte de preocuparse por la caída de su hijo, contemplaba la escena con una ternura especial. En su mente pasaban un millón de pensamientos, recuerdos y anécdotas. Mientras miraba a su mujer, recordó su primer beso, su primer abrazo… su primera vez. Habían pasado tantos años. En su recuerdo resonó la imagen de esa joven niña, de la cual se había enamorado a primera vista y que hoy veía como una mujer madura, como la madre de su amado hijo y de aquellos hijos con los que Dios más tarde los iba a bendecir.

Entonces él se incorporó y se acercó a su hijo. Lo tomó con ternura y, mientras sobaba su rodilla, se dio cuenta de que Andresito tenia un pequeño autito de juguete en sus manos.

-¿Te gusta tu autito?- le preguntó

- Sí, ¿te gusta a ti?- respondió el pequeño entre palabras y balbuceos.

Y de un momento a otro, ese pequeño ser ,lleno de luz en su interior, olvidó su pena, dejó de lado todo aquello que lo acongojaba y abrazó fuertemente a su papá.

- Te quiero- le dijo el niño, mientras su pequeña frente se perdía en la inmensidad que ofrecia el pecho de su progenitor.

- Y yo a ti, hijo -dijo su padre luego de besar su pelo.

En ese momento, Andrea se acercó y abrazó por la espalda a su esposo, y le dijo al oído:

- Te amo mi amor, mucho…

- Y yo a ti amor-respondió cariñoso su compañero.

Y mientras el viento y aquel manzano eran testigos de aquel hermoso momento, Alexis daba gracias a la vida… al destino, por haberle entregado tanta felicidad y por dejarle entregar y recibir tanto amor sin medida…

El pequeño sonrió, inmensamente…

2 comentarios:

Alex dijo...

uhhh... yo y mis sueños xD
te amo!

Anónimo dijo...

que lindii amiguii jejej xD
TA MUY ROMANTICOP JEJEJE =D
sigue asi sigue asi
tienes futuro caura jajaj xD



PD:soy yoo la cata por si ak jajaja xD