Cuando era niña solía observar constantemente a la luna. Tan misteriosa, cambiante, bella.
Cuando la miraba, olvidaba todo a mi alrededor, y me limitaba a ensimismarme analizando las figuras que formaban sus cráteres. A veces veía a una mujer sosteniendo a un niño entre sus brazos, otras veces me parecía ver a un ángel, entre tantas otras formas que aún no olvido.
"La luna me encanta", solía decir a mis abuelos cuando era pequeña, y hoy, catorce años después, sigo mencionando las mismas palabras cada vez que la miro. A veces la miro cuando estoy feliz, y cuando estoy triste la observo y busco una forma de sentirme mejor.
La luna me encanta- solía decir. Hoy, catorce años después, aún siento el mismo encanto.
1 comentarios:
ta lindo amorcito!!!
yo igual le encuentro formas a la luna...
ni te cuento lo que veo con las nubes xD
te amo!!!
Publicar un comentario